miércoles, 2 de noviembre de 2011

Dos días sin saber (5)

-Ya... ¿Sabes por qué papá te tuvo esperando dos semanas y a mí dos días?
-Realmente no lo sé. Pero tuve mucho tiempo para reflexionar y deduje que era una especie de prueba. No sé... para saber si estaba preparado para guardar semejante secreto. No cualquier persona le contaría la verdad de buenas a primeras a un niño de once años recién cumplidos.
-Entonces... ¿reconoces que todavía eres un crío? -nos reímos tranquilamente. Hacía tiempo que no estábamos así. Desde que se murió el  abuelo Andrés, todo había sido problemas, discusiones y dolores de cabeza. La idea de la acampada era principalmente para relajarnos todos- ¿Y por qué yo dos días?
-Supongo que porque no tienes once años y porque el domingo ya  cumples los dieciséis.
Otra vez los dieciséis. No entiendo eso. Nada de nada. Jeffrey también había mencionado algo sobre el hecho de cumplir dieciséis años. Debe ser importante... Pensar en esto hace que me ponga más nerviosa de lo que ya estoy. Necesito respuestas ya.
Nos quedamos unos segundos en silencio. De repente mi recién afinado oído escuchó aullar a un lobo a lo lejos. Sentí un escalofrío que me recorrió toda la espalda hasta llegar a mi mano derecha, la que Josh había sostenido.
¿Con quién te has encontrado?
Otra vez la voz de Marcos en mi mente. Desde que Josh y yo nos habíamos separado esta tarde, todo en mi cabeza eran preguntas, pero también había un gran silencio lleno de soledad y oscuridad. La voz de Marcos me reconfortaba bastante, pero me gustaría que Josh estuviese aquí conmigo. No sé por qué, pero le echo de menos.
Te has encontrado con JD, ¿verdad?
Mi hermano me acaba de sorprender. Debí preguntarle hasta donde sabía. A lo mejor lo sabe todo...
-¿Cómo lo has sabido?
-Cuando te he preguntado, estabas pensando en él. Y... tenías... esa mirada...
-¿Cuál? -Marcos se quedó callado. Estaba pensando en algo, pero no sé si preguntarle o directamente averiguarlo a mi manera. No sé... No sé si hay algún tipo de norma o principio que diga a qué personas se les puede leer la mente, si hay algún tipo de diferencia entre familiares conocidos o desconocidos y los amigos del corazón.
-Es una mirada que todos los que encontraron a su compañero o compañera tienen cada vez que piensan en él o ella con el corazón... 
-¿Tú aún no...? -tenía curiosidad por saber si mi hermano también podía sentir lo que yo siento cada vez que pienso en Josh.
-No, no la he conocido aún... Cuando volvamos a la comunidad, posiblemente la encuentre y la conozca... -se quedó callado unos segundos y, sin querer sentí su tristeza y su soledad -La echo de menos.
Por lo visto así somos "nosotros", aunque aún no sé qué somos nosotros. Tenemos en el corazón una sensación de vacío muy grande, que parece que nos arrastra hacia un lugar sin luz ni salida.

No hay comentarios: