miércoles, 27 de julio de 2011

Encuentro (1)

Hoy es el cumpleaños de mi prima, lo que significa: primera noche al aire libre en el bosque que hay al otro lado del río Ancho. Será una noche normal y corriente como caulquiera otra en cualquier otra parte. o eso era lo que me decía, con la esperanza de que nada perturbara la tranquilidad del bosque. Se contaban muchas historias sobre osos terroríficos, lobos feroces, serpientes gigantes y toda clase de bichos nocturnos chupasangres. Historias que mi prima no se cansaba de repetirme esperando que me levantara con las ojeras más grandes del mundo laboral y así poder burlarse de mí el resto de la semana e incluso, si podía, aguarme el cumpleaños. Llegamos por la mañana, elegimos un buen claro donde montar las tiendas y fuimos de exploración. Localozamos el río a unos sesenta metros del campamento base, que era como Marcos, mi hermano pequeño, había llamado al claro. Hasta la hora de la comida todo transcurrió con normalidad. Evité a mi prima a toda costa para no fastidiar a mis padres. Han organizado esta acampada con toda la buena intención del mundo y a mis dos primos más pequeños y a mi hermano les hacía mucha ilusión esta salida familiar.
Sin embargo,... hay un límite para todo.
Después de comer mis padres propusieron ir a darse un chapuzón en una zona del río donde no era peligroso para los más jóvenes que solo contaban con cinco y ocho años, mis primos, y once mi hermano. Aunque hubo alguien que se opuso porque su pelo se encresparía y seguro que en el agua había algún bicho peligroso.  Quien sino. La presuntuosa y presumida de mi prima. Por cierto, se llama Vera. Claro, mis tíos no querían dejarla sola, por lo que me pidieron que me quedara con ella. Acepté. Nunca supe si para bien o para mal. Meses más tarde, me preguntaría que habría sido diferente si me hubiese negado e ido con mis padres. definitivamente nada de lo que ocurrió hubiese ocurrido del modo en el que lo hizo y no conocería a quien conocía ni hubiese desfrutado del mejor verano de mi vida, y del más extraño.
-No necesito niñera. Esta noche cumpliré catorce años. No necesito que nadie cuide de mí. Si lo hubiese sabido , habría mantenido la boca cerrada -mi prima protestó durante casi media hora después de que el resto se marcahra.
-Tú no eres capaz de mantener esa boca cerrada. Enloquecerías.
Yo estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada en un árbol leyendo uno de los libros que había traído. Pensados especialmente para aquellos momentos muertos. Al contrario, mi prima se había traído su set de maquillaje y sus pintauñas y estaba sentada en una silla haciéndose la tercera manicura en lo iba de día. Su argumento: en el bosque las uñas se estropeaban más rápido y debía tenerlas siempre perfectas, no fuera a ser que se cruzara con algún chico guapo. Nadie le había dicho que estábamos en la parte más alejada de la civilización y no teníamos ni cobertura en aquella zona. El puesto de vigilancia del guardabosques más cercano quedaba a casi tres kilómetros y la altura perfecta para tener cobertura estaba al otro lado del río y ni un solo puente a la vista. Lugar perfecto para evadirse de la sociedad y relajarse  sin la presión de ningún tipo de objeto electrónico. Es decir, el infierno para la gente como Vera.
-Al menos no soy una rarita, que se pasa las horas leyendo esos libros tan raros. La verdad no sé ocmo Laura, Sofía y las demás son amigas tuyas.
-La verdad, yo tampoco...
-No encajas con ellas. Ellas sí que son guays. Que daría yo por ser su amiga... ¿Has dicho algo?
-No, claro que no.
-Como siempre. No sé como puedes sobrevivir así, siendo de esa forma -y alzó los brazos en mi dirección, como mostrando algo que era evidente a simple vista.
"Yo tampoco", pensé. Siempre he tenido la sensación de que estaba en el mundo por estar, que no era importante para nadie. Incluso llegaba a sentir que no tenía derecho a existir. Bueno, siempre hay momentos que te hacen cambiar, pero yo no cambiaría, sino que volvería a ser lo que fui. Mi vida daría un gira enorme. Será muy bueno aunque problemas de todo tipo, a algunos de los cuales no estaba acostumbrada.

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