miércoles, 21 de marzo de 2012

Pensamientos, preguntas y problemas (5)

 Mi hermano intenta matar a Miranda y a Marcos. Pero, ¿por qué? No entiendo nada. Por eso mi hermano se escapó y cuando notó la presencia de Miranda en el bosque corrió a por ella. Algo dentro de mí empieza a rebelarse. No pienso permitirle que me arrebate más cosas. Primero me quitó el respeto y aprecio de mi propia familia. Me hizo la vida imposible, yo siempre trataba de escaparme de casa cuando estaba él.
Luego conoció a Nicky, su amiga del corazón, y, claro, mi abuelo y mi madre empezaron a quererla por encima de todo -y de mí-. Nicky provenía de una buena familia de otra comunidad que se encontraba a unos doscientos kilómetros de aquí. Lo que mi abuelo vio en esa unión fue el dinero directo y el poder de las influencias y amistades con su familia. La familia de Nicky era igual que la mía. En cambio ella era diferente. Era muy amable y simpática con todos. No hacía distinciones entre las personas. Y sacaba lo mejor de cada uno. Incluso, mi hermano cambió. Se convirtió en el hermano que nunca había sido y cambió como persona. Era mejor. Pero hace dos años todo se volvió negro para nuestra familia y para mi hermano su mundo se derrumbó. Nicky y la abuela de Miranda se vieron implicadas en un horrible accidente. Nadie sabe qué ocurrió en realidad, ni de quién fue la culpa.
Mi abuelo vio reducido su poder considerablemente. Tras la muerte de Nicky, su familia nos echó la culpa y desde entonces estamos enemistados con su comunidad entera. Fue horrible... Mi hermano perdió la mitad de su corazón. Un hecho ya en sí horrible. Algo que nunca le he deseado ni a mi peor enemigo. Luke se volvió más huraño y salvaje que antes de conocer a Nicky. Yo evitaba cualquier encuentro con él. Era demasiado su dolor y con alguien lo tenía que pagar. Yo era el que siempre tenía más a mano.
Lo que no entiendo es por qué mi hermano le echa la culpa a Miranda. No lo entiendo en absoluto. Ella no tiene nada que ver. La conversación volvió a mis oídos. Su dirección había cambiado...
-... el domingo.
-Ya falta muy poco. Va a ser duro para ella -Sarah había dejado el trapo que tenía a un lado y miraba a su sobrino fijamente-. Debemos procurar que sea lo más leve posible para ella. Ya en sí es un momento muy importante para ella. Pero ha perdido todos sus recuerdos y ahora mismo supongo que no entenderá nada.
-Sarah, no debes olvidar que ella es fuerte... y no está sola -mi tío Jeff se dirigía a ella desde lo alto de una escalera de mano. Debía estar limpiando el techo.
-Ya lo sé, pero... -algo hacía dudar a Sarah. ¿Qué la preocupaba?
-No tienes de qué preocuparte, Sarah -Andy estaba... ¿sonriendo?- Josh estará a la altura. ¿Verdad, Josh? -sabía que estaba tras la puerta, así que no me quedó más remedio que entrar en la cocina.
-Sí. No pienso dejarla sola. Nunca se me ha pasado por la cabeza. Ni siquiera ahora. Ella es a quien mi corazón ha elegido. Es mi deber cuidarla y ayudarla en la Transición -ahora mismo estaba seguro de muy pocas cosas, pero esta era una de la que sí estaba 100% seguro. No había dudas con respecto a Miranda. Ni una sola. Miré a Sarah, sonreía.
No había más cosas que decir, por lo que seguimos limpiando la planta baja. Cuando el sol empezó a ocultarse, recogimos todo y volvimos a casa de Sarah. La conversación que se mantuvo en la que sería la casa de Adrian Grewman a partir de ahora me había dado muchas cosas en que pensar. Miranda corría más peligro del que creía. Mi hermano quiere... No se lo voy a permitir. Eso jamás. Necesito caminar...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Pensamientos, preguntas y problemas (4)

 Después de comer seguimos trabajando. Aún quedaba mucho por hacer, por lo que Sarah se quedó a ayudarnos. El segundo paso era el interior de la casa. Yo me dediqué a abrir puertas y ventanas y ver si había algún visitante indeseado, como algún ratón o algún pájaro muerto que se hubiera colado por cualquier lugar. Mi tío Jeff desapareció durante unos minutos e inmediatamente la casa tenía luz eléctrica y agua corriente. Para mí siempre fue un gran misterio el modo en que estas casas aisladas y la comunidad poseían electricidad. No había visto nunca un solo cable por las calles ni entre los árboles. Supongo que algún día lo sabré.
Andy y Sarah habían empezado por limpiar la cocina que estaba en la planta baja. Después mi tío Jeff se reunió con ellos para ayudarles. Yo seguí abriendo las ventanas de la planta de arriba. Cuando acabé, me reuní con los demás. Ya casi habían acabado de limpiar la cocina.
Sin embargo, al llegar a la puerta de la cocina me detuve a escuchar. No sé por qué lo hice, pero lo hice...
-... que van a hacer -Sarah parecía preocupada. ¿Por qué?
-Tranquila, se las apañarán. Siempre lo han hecho. Incluso cuando vivían en la comunidad con Andrés, lo llevaban bastante bien -¿de qué rayos está hablando mi tío Jeff? No entiendo nada de nada.
-Tienes razón Jeff, pero tengo miedo de lo que han podido olvidar. En qué medida se recuerda todo tras un bloqueo mental de esa magnitud -Andy estaba preocupado. Es normal. Sus padres se han olvidado de él, literalmente. Volver a verles y que no lo reconozcan sería un gran golpe para él.
-No te preocupes Andy. Todo va a salir bien. Ahora que Adrian y Suzanne vuelven y con Andrés muerto, vas a poder reclamar el puesto que te pertenece por derecho -¿el puesto que le pertenece por derecho? ¿Don Andrés ha muerto?
-La verdad, no sé si debo... No mientras Luke ande por ahí buscando venganza e intentando matar a mi hermana. Primero es mi familia, luego la comunidad. Lo siento.
-En realidad, tienes razón. No sé cómo ha podido metérsele en la cabeza que Miranda tiene algo que ver en la muerte de su abuela y de Nicky -mi tío parecía abatido. Realmente parece más viejo de lo que es. Algo le tiene muy preocupado...
-Miranda no tiene nada que ver... ni Marcos.
Pero... ¿qué es lo que está pasando aquí realmente?

miércoles, 7 de marzo de 2012

Pensamientos, preguntas y problemas (3)

Ya iba a ser la hora de comer cuando paramos en una pequeña playa fluvial para descansar y comer algo. Hasta ahora habíamos visto ciertas curiosidades de este bosque que mi padre parecía conoce a la perfección. Lo más raro de todo es que cada lugar en el que parábamos hacía que me recorriese un hormigueo de los pies a la cabeza. No sé si estoy enloqueciendo, pero parece como si mi padre estuviese intentando que recordase mi pasado.
No sé si todo es demasiado para mí. No entiendo nada, pero lo siento todo.
Mi hermano no volvió a hablar conmigo acerca de lo que pasó ayer antes de cenar. Sé que él, mientras yo le enseñaba mi tarde, averiguó ciertas cosas que no compartió conmigo, pero sospecho que sí lo hizo con mi padre. Me siento un poco perdida. Hay muchas cosas que todavía no entiendo.
Después de comer, mis primos querían quedarse en la playa y bañarse, pero mi madre y mi tía preferían seguir paseando. Tras varios tira y afloja la solución fue que mi tía y mi madre irían de paseo con mi padre, yo me quedaría en la playa con mis primos y mi hermano y mi tío acompañaría a mi prima a visitar las tiendas del complejo comercial, que estaba a la entrada del bosque. Solo constaba de dos tiendas de recuerdos del parque natural, una cafetería, un pequeño hostal, un tienda de provisiones y materiales necesarios para poder acampar en el bosque y un puesto de vigilancia de guardabosques. Supuestamente, las tiendas estaban destinadas para que los turistas dejen allí el dinero que lleven encima. El lugar perfecto para mantener a Vera entretenida durante al menos las tres horas siguientes.
Una preocupación menos.
Tienes razón. ¡Mira que protesta! El único consuelo que nos queda es que no vamos a tener que aguantarla mucho más tiempo.
Noté un cambio en el humor de Marcos, desde que solo nos habíamos quedado nosotros y nuestros primos pequeños. Parece que papá le había impuesto ciertas normas.
Solo hasta que él hable contigo. Me dijo que no debía rebuscar todo lo que está oculto para dejarte dormir por las noches.
Qué considerado por tu parte que le hayas hecho caso.
Cuando se ha tratado de esto, siempre le he hecho caso.
Yo me quedé en la orilla viendo como los tres se bañaban. No pensaba meterme en el agua al día siguiente de casi ahogarme en la Cascada. Se lo estaban pasando bien, no había peligros, a menos que apareciese un gran caimán, lo cual no es posible, no en esta zona del estado; y yo tenía ganas de caminar. No iba a aguantar mucho más allí sentada viendo para los árboles.
-Marcos, voy a dar una vuelta. Vuelvo en quince minutos. No os mováis de aquí.
-¡Vale, Miranda! ¡No nos moveremos!
Ten cuidado. Y ni se te ocurra ir río arriba. No te conviene. No, todavía. Y si papá se enterara…
De acuerdo, ¿entonces, río abajo?
Es la mejor opción. De momento.